Se hizo hincapié en que la adolescencia conlleva un reajuste familiar; no es solo una etapa de crisis del hijo/a. Es importante permitir que el adolescente pueda decidir y equivocarse, que superen sus frustraciones. La familia debe visibilizar sus miedos, proyecciones (exigir dentro de las posibilidades del hijo/a) culpas, reconocer qué modelos ha transmitido, hacer seguimiento, poner límites (normas claras) y afectividad... Compleja tarea que requiere de necesarios acuerdos en la familia, sean convivientes o padres-madres separados, además de coordinación familia-escuela.
Compartimos la preocupación por conductas de riesgo y la importancia de prevenirlas, que haya consecuencias en el ámbito familiar si el adolescente las inicia. La presión de grupo en la adolescencia tiene un peso que las familias no podemos desatender. De nuevo, serán el pensamiento crítico, los hábitos saludables y la comunicación, entre otros aspectos, lo que puede contribuir a vivir la adolescencia como retos y superación de conflictos. Crisis significa "decidir", buscar caminos.
Gracias a Federico Cruz, por su compromiso, y a las familias que asistieron, por sus aportaciones y sinceridad. La acción tutorial es más enriquecedora con vosotros y vosotras.